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Marketing no intrusivo a través del correo electrónico

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Se denomina e-mail marketing a la utilización del correo electrónico para proyectar y distribuir campañas de marketing a una cantidad determinada de receptores.
Por su parte, el permission marketing se concentra en conseguir de un cliente o usuario una autorización a aceptar información de nuestra empresa.

Ambos conceptos van unidos para evitar caer en la categoría del SPAM o publicidad enviada por correo electrónico a un gran número de personas sin el consentimiento de sus destinatarios.

La forma de conseguir las direcciones de los remitentes es animando a los visitantes de nuestro sitio Web a rellenar con sus datos un sencillo formulario con el que prestan su consentimiento a recibir información nuestra en el futuro.

Podemos aprovechar también el correo electrónico para ofrecer la posibilidad a los visitantes de nuestro sitio Web, de enviar referencias o contenidos del mismo a terceras personas.
De esa forma, logramos que los propios usuarios actúen como prescriptores y difusores de nuestra presencia online.

Si el publicidad online, el posicionamiento en buscadores o el marketing de buscadores son medios para conseguir tráfico hacia nuestro sitio Web, el e-mail marketing o permission marketing es el medio a través del cual profundizamos mas en la segmentación de nuestros visitantes (conoceremos, al menos, su dirección de correo electrónico y, muy probablemente, algunos datos adicionales como nombre, dirección, teléfono, empresa y puntos que más le interesaron de nuestra oferta) y trabajamos para fidelizarlos.

La principal característica del marketing por correo electrónico realizado bajo los principios del permission marketing es que los destinatarios de los mensajes deben haber confirmado su consentimiento a recibirlos antes de que se los enviemos, como concepto contrapuesto al modelo de opt-out, en el que primero enviamos nuestros mensajes y son los destinatarios los que, después de recibirlos, pueden comunicar su aceptación o rechazo a seguir recibiéndolos en el futuro.
En segundo lugar, al prestar su consentimiento el usuario nos habrá comunicado sus preferencias, nombre, dirección de correo electrónico, etc.
Esto nos permitirá personalizar el mensaje que le enviemos y trabajar con distintos cruces de criterios en nuestra base de datos, para adaptar nuestra oferta a sus preferencias individuales.
Finalmente, la propia naturaleza asíncrona del e-mail permite respetar el tercer requisito: el e-mail no interfiere con la actividad del usuario sino que espera a que el receptor decida cuando y como desea visualizarlo.

Dado el bajo coste que conlleva crear un mensaje y enviarlo por correo electrónico a una lista de destinatarios, el Retorno sobre la Inversión (ROI) de una campaña de e-mailing es de los más altos entre las distintas formas de marketing online.
Esta notable ventaja lleva implícita su más serio inconveniente: su accesibilidad no presenta obstáculo al abuso de esta herramienta, cuya principal diferencia respecto al SPAM reside precisamente en que éste, a diferencia del e-mail permission marketing, no cuenta con la aprobación de su recepción por parte de los destinatarios.
Esa delgada línea provoca que, en ocasiones, mensajes legítimos sean interceptados por los filtros del SPAM que a menudo instalan los servidores de correo o los propios usuarios, impidiendo la recepción final de los mismos.
Cuando el correo electrónico, incluso contando con la aprobación de los receptores, se emplea de forma ilimitada como herramienta de marketing se transforma en una forma de comunicación intrusiva que puede desencadenar la reacción contraria a la pretendida en quienes la reciben.

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